LUCES DE MONTAÑA
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    • LAS UBIÑAS
Quisiera empezar esta "sección"  con una zona muy querida para mi..., en ella empece a patear monte y a descubrir y admirar la montaña. Cuento con la ayuda inmejorable de los textos de José Ramón Lueje (Un apasionado de la zona)  y de su magnifico libro sobre el macizo, cuya primera edición es de 1958 y que yo por fin pude encontrar hace bien poco. Las fotos son de  cosecha propia.
 Espero paséis un rato agradable viéndolo, pero mucho mejor patearlo...
La Cordillera Cantábrica, toda esa orla de cimas que se alarga desde el Pirineo hasta llegar a alcanzar el pronuncidado extremo de Finisterre, no contando a los Picos de Europa, que los hay que considerar como macizo definidamente separado y autónomo, tiene en los 2536 metros, a los que se eleva en Peña Prieta, el punto de la máxima altitud y presenta en la grandiosa formación de la Peña Ubiña, la zona culminante de las mejores y más bravas bellezas.
Dentro del superior sistema Cantábrico, Que se le subdivide en vasco -cantábrico, astúrico.leonés y galaico, es el tercio-astúrico Leones el que constituye la su  base  o núcleo fundamental. Es el que forma su centro y contiene la orografía más poderosa y sobresaliente y, en su conjunto, de este sector señalado como el principalmente importante, que es el de la región nuestra, que abarca la tierra nuestra, es su corona o alfa rutilante que lo preside en toda su extensión, la alineación que representan las preclaras montañas de Ubiña, parte privilegiada de la alta Asturias, de la que tan poco se ha dicho y, menos aún, escrito y publicado, estando ignorada y abandonada de todos o de tantísimos, allá en sus lejanías y soledades.

ImagenPUERTA DE ARCO




El macizo culmina la zona central de Asturias, arrumbando contra las honduras del mediodía. Está a la línea misma del Cabo Peñas, el más pronunciado saliente que penetra en el mar y, sobre esa, la mayor anchura de tierra asturiana, se asienta el basamento  de su colosal fortaleza. Por capas concéntricas que se superponen y ascienden en la distancia, se van levantando sus excelsas alturas que alcanzan en el supremo vértice de la Peña Ubiña los 2417 metros.

  El sitema forma en conjunto como una ingente T. El trazo superior, que es el de la línea más considerable y principal, constituye el espinazo divisorio de las aguas cantábricas y atlánticas, llevando la dirección ESE, al ONO., enmenda al NNO, y al tramo del pie más corto y de altitudes menores, se extiende totalmente por la venrtiente  cantábrica, con rumbo al ENE.

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PUERTA DE ARCO
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PICOS DE EUROPA DESDE EL MACIZO

 Los Valles

ImagenEL HUERNA DESDE LAS CUMBRES DEL MACIZO


EL DEL HUERNA
El Valle del Huerna que, junto al de Valgrande o Pajares, compone la Lena de Suso, representa la más importante vía de penetración hacia las montañas de Ubiña. A través de su abertura, está trazada la carretera que alcanza hasta el alto del Palo, la que, en su día, habrá de pasar a León, al hacerse el empalme con la de Pinos.
el primer tramo del valle, ascendiendo, desde Campomanes a los Pontones, es zona de baja ribera, de una fisonomía que se funde con la general astur, pero a partir de allí, en donde el Río Huerna dobla casi en ángulo recto tomando al poniente y enfilando en derechura para lo alto, por todos sus ámbitos y confines, hay plenitud de belleza y relumbran las cumbres que se cincelan en la excelsitud del paisaje. El superior espectáculo aparece ungido por la emoción de la Peña Ubiña, la suprema cima, que lanza la llamada de sus irresistibles cielos.





EL DE LINDES
Metidos en el concejo de Quirós, de Quirós que es sinónimo de fuerte o dificultoso y que se le define como una escasa tierra apretada por altas montañas, no es propio referirse al valle considerándolo como llanura entre montes, sino solamente como cuenca de río, ya que lo que se encuentra por sus límites son, a lo sumo, cañadas, vegas estrechas y cortas erías contra los pueblos. Y eso es lo que resulta el valle de Lindes, entrada septentrional de las montañas del macizo, la cuenca más o menos angosta de su río....
Por esta ruta de Lindes, de muy pobre valle, más de tan superabundantes aconteceres, en los umbrales del macizo, asombrada por la magnitud de la Peña Rueda, se alza la aldea de Cortes (840 m.) de la que es nativo el promártir Fray Melchor García Sampedro, el primer Santo asturiano y, seguido adelante, más por la entraña del bosque y la peña, hállase la remota Lindes (890 m.), en soledad y desamparo, haciendo frente a la reciura de las tremendas montañas que la cercan y afligen. Trece denodados vecinos pueblan el mísero lugar. Son amigos de los montañeros a los que, generosamente, sirven de hospitalidad y a los que saben guiar con bien, por sus bravías cimeras; son nobles y sufridos amigos, harto merecedores de un más equitativo vivir.

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VALLE DE LINDES

EL DE RICABO
Otra vía quirosana que se tiene para entrar hacia las montañas de Ubiña es la del Valle de Ricabo, que corre orientado al par del de Lindes, por detrás de la medianera del Cordal de Monte Runeiro.
El comienzo del valle es por bastante abajo, por junto al barrio de Santa María, en donde, al confluir el de Lindes, se forma el río Quirós, y la crecida aldea de Ricabo (670 m.), de las más acomodadas del concejo, se sitúa por su centro, en una zona de prados, quedando por más arriba, como último lugar habitado, el muy modesto de Bueida (765 m.), que no agrupa más que a seis vecinos.
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P.RUEDA, P.UBIÑA, FONTANES, PRAU, COLINES, CIGACHA


LA BABIA
Detrás de la alta cimera de la peña, para la caída del mediodía y del poniente está la tierra babiana. La Babia es una región natural del noroeste de León, que comprende dos comarcas perfectamente delimitadas, la Babia Baja, que es la que preside Peña Ubiña, cuya capital es San Emiliano y, la Babia Alta, de la que lo es Cabrillanes, y que se extiende hasta el Puerto de Somiedo.
El boquerón de Ventana es la puerta natural de Asturias hacia la Babia. Desde la balconada del Puerto se contempla, tendida a los pies del viajero, toda la hermosa y apacible vallada del Orugo, que es la parte colindante con las montañas del macizo, y la que constituye también, la parte principal de la Babia Baja.
Cuando se gana a Ventana, o a los otros pasos de la Vega del Rebezo, de Colines o del Ronzón, con la cansera de las ascensiones y de las travesías, después de vencer sobre las bravías escarpaduras de la peña, o de salvar sobre los heleros, y las nieves, ante la aparición por el Sur, de este valle terreño de templanzas, vergel riente, llano y florido, con las líneas de las carreteras y loas caminos que vienen, van cruzan y recruzan, uniendo a luminosos pueblos y lugares, tal parece que si no la tierra de promisión, cuando menos, se tiene allí, alcanzada, la más feliz de las metas, la del descanso y la paz.

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PARTE DEL MACIZO DESDE BABIA




El clima, la vegetación y la fauna

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LAS NUBES CHOCAN CONTRA LA MURALLA
El clima que es el propio y general de todos los altos cabeceros de la divisoria astur-leonesa, está caracterizado por la extremada dureza-más de medio año es de rigurosa invernada-, la gran humedad y la escasa iluminación. sin embargo el cielo aparece raso, al igual al de Castilla, más frecuentemente que por nuestros valles centrales.
Los días de lluvia son numerosos y la nieve, el crudo elemento, resulta consustancial con la comarca. Desde setiembre, muchas veces, el manto de armiño de las primeras nieves comienza a cubrir las cimeras de la peña, las que se extienden y consolidad a lo largo del otoño y que luego, en diciembre y enero, llegarán a alcanzar extraordinarias proporciones. La fuerza de las nevadas suele ser de tal grado de intensidad que los pueblos, principalmente por el lado de Babia, quedan incomunicados semanas enteras, y hasta meses.
También abunda el régimen de nieblas. La densa borrina, cerrando las perspectivas e impregnando de humedad el ambiente todo, viene a ser la enemiga capital del montañero, la que desbarata los mejores planes de excursiones y decepciona y tuerce no pocas aficiones. Por el estío las nieblas, corrientemente, son leves, secas y, atravesando por ellas, pasado los 1.800 o 1.900 metros de altitud, se da el salir al brillante azul, y el encontrarse con las cresterías limpias, emergiendo sobre aquel blanco mar de nubes, que se acaba de salvar. Otras veces, por el contrario, dejan las honduras de los valles ascendiendo a festonar los pináculos cumbreños...
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EL PRAU
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LINEA DIVISORIA DESDE P.UBIÑA
la vegetación como expresión del ambiente o medio físico en que se desarrolla es amplia, exuberante y también expontánea en su generalidad, reproduciéndose libre y ferazmente, bebiendo la savia de su nutrición, aún sobre la dureza de la roca.
Por el valle quedan las parcelas, los recuadros, de los prados naturales, fragantes, blandos y de perenne verdor. Como zona intermedia, halláse el bosque, caracterizado por el castaño, el abedul, el fresno, el tilo, el acebo, el lloreu, el roble y el haya. Y sigue  por muy arriba, hasta el mundo del roquedo, el relleno de los uberrimos puertos, inmenso manto de terciopelo esmeralda que envuelve y cubre cuanto hay a su paso.
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BOSQUES Y PRADERAS VALLE DE LINDES
ImagenLA VALLINONA



El más considerable de los bosques de Ubiña, es el Monte de la Vallinona, perteneciente el Coto de Lindes. Se extiende por las vaguadas de Fondos, de la carba y de Cueto Lobos, y es una selvática fronda donde se aprietan miles y miles de árboles de todas las edades y esencias. Por Lindes están también los Montes del Ecureo, del Llamergu y del Gorbizal, que representan la gran masa forestal de la Peña Rueda, y el Monte Corbaras que corre entre ambas laderas de la Foz Grande...
Sobre los verdes de las altas praderas, crecen flores que las exornan y enriquecen con variados coloridos: las margaritas, las madreselvas, las violetas silvestres, las gencianas, los jubardos, las clavelinas, el lirio azul, espléndido brote de los tremedales de Bachao, y las espantapastores, las que tiñen de morado Agüeria, haciendo el cierre de los pastos y de la buena estación. Es la flora de la peña, su más exquisita cosecha y más emotivo regalo.



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BOSQUE DE MOFUSU
Por las extensas zonas y repliegues de estas montañas, absolutamente recónditas y agrestes en gran parte cubiertas por tupidos bosques, en las que la soledad es casi general y no interrumpida, encuentran abundantes guaridas donde acogerse y conservarse, las especies selváticas de la variada fauna regional, con el hurón, la gineta, el raposo, el melandro, la marta, el lobo, el corzo, el jabalí, el rebeco y hasta el oso.....
El ursu artos, el oso pardo asturiano, es el rampante rey de nuestros montes. es el animal representativo de la bravía, de la recia tierra astur, como el milenario rebollu, el duro roble, es el árbol más significado de sus bosques y , sin duda, que Asturias, sería más blanda, menos Asturias, sin osos y sin robles....
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EL REY EN SUS DOMINIOS

 Alguna excursión,  o reseña de sitio o cumbre

ImagenCUMBRE P.UBIÑA Y CORREDORES CARA OESTE
En las montañas de Ubiña, pródigas de mágicas atracciones, todos pueden encontrar la belleza a la medida de sus gustos y facultades. Los mismo los enamorados de las cumbres bravías, que los solamente turistas, poco ambiciosos de las agujas erectas y cresterías voladas, pero que saben ser amantes de las supremas tierras que se levantan y arman entre superiores grandezas.

1.- Tuiza, Peña Ubiña
Es una de las excursiones básicas, y la verdaderamente generalizada. Es de presentación y de adentramiento en el macizo, a través de una luenga zona de mullidos y esclarecidos puertos y que, además supone la conquista de la Peña Ubiña, su más culminante y representativo vértice.
Sobre Tuiza de Abajo, dejada la carretera que tira hacia el Puerto de la Cubilla, se toma por un empedrado camino, de rumbo Noroeste, que va entre los invernales de la Faya y del Coto, que vadea al río de Tuiza y, pasada la fuente La Ollera, llega a Tuiza de Arriba. Allí, remontada la aldea, se sigue por otro camino de herrradura, ladeando por la bajero del Prau del Albo, a la fuente del Valle y a la Portiella del Meicín, para entrar por aquellos tapizados de la Braña Lluenga, del Cueto la Boquera y del Chegu, en donde, cambiando contra la izquierda, se acomete por los pindios recuestos de la Guariza  a salir al reposo de la sonada Fuente Terreros para, después de  aplacada la fatiga, continuar al Alto de Terreros y, por un señalado y recto canalón, que e´sta presentado sobre la presisa líonea de la Collada, enfilar rocas arriba, a coronar la eminente meta de la Peña Ubiña.
Es un monumento de la Cordillera; la más solemne de sus cumbres. Un regalo de inmensidades, por el cielo y la tierra, que inundan el espíritu. Avizora uno de los más vastos panoramas de la montaña, en una amplitud infinita, maravillosamente inolvidable. Es la ingente, la ancha, la recia y rutilante cúpula de la patria astur. Desde su atalaya y centró orográfico, se asiste al surgir de la tierra del Principado, poderosa, impar, llena de alturas, plena de aconteceres, de abundancias y bellezas.
Abandonando el privilegiado hito, cruzando la cimera, se hace el descuelgue aprovechando por otro opuesto canalizo que, bien marcado, se abre por la vertiente del Sudeste- es el de la mejor vía de acceso que tiene la Peña- y del que se desemboca sobre los suaves cabeceros de Rio Tuerto, por los que luego se lleva la marcha al pie de la Gorgollosa y de la Panalona, las fuentes de las aguas cimeras y confortadoras y, con la orientación del saliente, por toda la blanda largura del Puerto.
De Río Tuerto, salvando por el escalón roquero del Estrecho, se baja al mayao de Los Ollones, lugar también de buenas aguas y crucero de las sendas, de Las Virlongas, de la del Valle Angosto y la del de la Cantarilla para la Casa Mieres y, la de la ruta nuestra, que es la que tira por junto a la Fuente del Sumidero y, Candioches adelante, hasta el terminal de la Venguina, de cuyo corte, por los tornos del Picón, se va a caer a la carretera de La Venguina, de cuyo corte, por los tornos del Picón, se va a caer a la carretera, por muy cerca del Alto del Palo. 
Y con lo fuerte de la excursión logrado, no queda sino una delicia de paseo, en el declinar de la tarde; el de ir bajando por aquella carretera del más hermoso paisaje, dando revueltas, al Canto la Oxa, al Valle Morea, por Axeite entero, y hasta el Collado de los Acebos, pasaje del que se sale al atajo de la Cuesta de la Villa, para, vertiginosamente, llegar a la parada de Tuiza. 

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ARISTA CIMERA DE P.UBIÑA
ImagenFONTAN N. DESDE AGÜERIA
2.- Tuiza, Fontananes 
Esta es la excursión de fuerza, de gala mayor, porque el Fontán es el más bravío de los remates del macizo y, la zona de su reino, la más reciamente hermosa. Es la ruta que permite presentarnos en el corazón de estas montañas. Peña Ubiña es el símbolo, la evocación, pero se yergue, como autónoma, a un lado del roquedo, y el Fontán preside sobre los abismos de piedra y el laberinto de los joyos, en el centro del mundo de la caliza.
En el Meicin, desde los cabaños de la Boquera, hay que tomar al Noroeste, por la senda, que serpenteando por el Bachao y el Portillín Fondero, remonta a aquella Forqueta, que es la que sirve de paso para la fragura de la vertiente de Cueva Palacio. Allí están, como cabecera de la vallada, los Joyos de Cueva Palacio, el grandioso circo, prócer solar de los soberbios Fontanes y de su cortejo de los gigantes Picos del Portillín y del Pico del Siete, y del salvaje Crestón del Pasu Malu.
De la Forqueta, se baja a atravesar por los Joyos de Cueva Palacio, para luego acometer contra los derrumbes de lleraos que atestan el Canalón del Fontán, el de su normal subida, en el que muy pronto se tiene que dejar perdido el camino y continuar al arrimo de las paredes del Pasu Malu, todo arriba, hasta salir a la horcada, a su voladura cimera, sobre el cabo Nornoroeste del Crestón. Esta salida es llegar a un asombro de espectáculo; es el asomarse encima de la Babia entera, que está desplegada a nuestros pies como la más maravillosa y resplandeciente panorámica.
Y del mirador de la horcada, no queda más que ladear hacia la derecha, para después escalar unos pasos en la roca, contra el Nordeste, avanzar cresta adelante y ya el Pico meridional del Fontán y, a los pocos minutos, la conquista de la otra cumbre, la reina, la rival de la Peña Ubiña, el imperial Fontán.
Este poderoso castillo roquero es, totalmente perteneciente a Asturias. Es una grandeza sólo nuestra. Un blasonado cuartel asturiano, fortaleza de su fuerza, caudal de su patrimonio y joya de sus galanuras. Es un Alfa triunfal de la tierra, allá abandonada de todos, perdida entre sus inmenso cielos y recónditas lejanías.
Se hace el descenso por la ruta de ida hasta los Joyos de la Cueva Palacio, en los que, como variante, se coge por la Pasada del Siete, la abierta sobre las paredes de este Pico y las del Portillín, a trasponer por aquella caída, para tirarse por las Cinchas del Planón y todo el Valle de Covarrubia, al Meicín y a Tuiza.
Desde la Pasada del Siete se puede emprender la escalada y travesía de los Picos del Portillin. Es una difícil crestería de cinco vértices que se alarga hasta la muesca de la Forqueta, sobre el Portillín Fondero. Igualmente es la gran base para hacer el Pico del Siete, al que se va rodeando la Peña, en la dirección de la Horcada del Siete, para antes de alcanzar a los pasos de escalada de su emboque, tomar recto, por una brecha que se abre por su Este y que sube a dar a la cima. Y, también salvada la Horcada del Siete y puestos en la vertiente babiana, se escalan por aquella cara del poniente las torres de los Castillines; fácilmente los riscos primero y segundo y, ya con dificultades mayores, el tercero y más culminante.

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FONTANES Y PRAU ENTRE NUBES
ImagenPASADA Y PICO DE LA PUERTA DE ARCO

3.- Circular a P. Ubiña desde Torrebarrio
Es otro brillante recorrido de circuito que, además lleva como atracción mayor la de hacer el paso de la peña, aprovechando la atrevida falla de la Puerta de Arco, por la frente de los más considerables y desplomados llambriales.
Se va por el camino del Ronzón, hasta Llandanay, donde se bifurca al Noroeste, a seguir por La Cueña y lo cimero de la Peña de los Fontanales, para dar con los Llanos del Fontán, un oasis del roquedo que aparece bajo el imponente hemiciclo de las verticalidades de Ubiña, del Prau Capón y del Horno. Es un maravilloso rellano de tapizado esmeralda, en el que también se cuenta con la inapreciable riqueza del cuantioso manar del más frío manantial de toda Ubiña.
Del espléndido lugar se toma atraviesa por los empinados derrubios de aquellos fronteros paredones, buscando la base de la Peña de Puerta de Arco, y unas afloradas fisuras que por allí tiene, para ir escalando por ellas, a dar al horadado pasaje que se presenta opor los altos de la roca, lo que se llama la Pasada de la Puerta de Arco, por la que hay que librar para salir a la vertiente asturiana, sobre los Joyos de la Cabra.
Despues, ya se desciende fácil para los Joyos, a coger el camino en sus honduras, por la Senda de la Merina, el antiquísimo cordel pastoril de los rebaños que trashumaban por los agostaderos de Cueva Palacios, que antes la hacían en gran cantidad, y por la que se continua ruta, contra el Surdeste, ladeando el Prau Capón y la Peña Ubiña, cruzando por encima de las Fanas y de Terreros, y yéndose a doblar al Ronzón, para meterse por su caída a retornar a Torrebarrio.
Desde las alturas de la Pasade de Puerta de Arco, por su derecha, contra el Sur, se llega en muy pocos minutos a culminar la Peña de la Puerta de Arco y, de la Pasada para el Norte, por el lado de la Babia, hay un atajo de canalizo que sube atraviesa, por el pie de los tres Castillines, llegando a dar a la Horcada del Siete.


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CASTILLINES Y PUERTA DE ARCO
ImagenFARIÑENTU
3.- Tuiza, Prau Albo, Fariñentu
Se trata de un paseo aéreo sobre la magnífica medianera de Lena y Quirós, que es una esclarecida línea de alturas, de mucho cielo y mucho ver.
Colocados en la Forqueta del Portillín, hay que bordear por la caída de Cueva Palacio, al Pico del Canalón Oscuro-facilmente accesible por aquellas laderas-, volviéndose después, por la Horcada del Canalón, otra vez a la vertiente de Tuiza, para faldear por allí La Palazana, continuándose, siempre avizorando horizontes circulares, por el Alto de la Llera, por el Alto de los Camisos y, por un volado senderuelo, a la cimera del Prau del Albo a, seguir a traviesa por detrás de las crestas de Pie Ferreru y la cabecera del Retertorio, a enfilar, y ganar, al renombrado Fariñentu.
Es esta cumbre, otra de las relevantes grandezas de nuestras montañas. se levanta como apostado vigilante de las inmarcesibles hermosuras de Agüeria, y esta dotada de una alba corona, de fragosas cuchillares, de escarpadas fanas y, además, del muy famoso Canalón del Infierno, la vertical vía de escalada que secciona de arriba abajo, el frente de la Peña.
Del Fariñentu, se retrocede al Retertorio, para llevar la bajada por los Pozos de Corrales, al Valle de Corrales y al general de la Plana, bajada precipitada, cruzando por junto a las fuentes de la Plana y del Aguilón, por la Loma de Blanquero, y la Foz, saliéndose a Tuiza de Arriba y, luego, a la de la carretera.

4.- Lindes, Peña Rueda
La Peña Rueda, llena de gravedad y prestancia, es una de las cumbres que más avaloran la categoría del macizo. aún cuando aparece con suavidad de líneas y con fáciles y sencillas entradas, nada le quita para ser una señera montaña, grande por su poderosa fortaleza, por sus gigantes altitudes y por sus dominadores horizontes circulares. Su ascensión siempre resulta ventajosamente interesante.
Partiendo desde la base de Lindes, hay que acometer por el empinado camino del Caleru, sobre la derecha del Cuetu Carrilón, yéndose por los invernales de Manín Fondero y de Manín, y a la Majada de Abajo, a coger por el práctico ensanche de la Vallina Grande por el que luego sólo queda el ir venciendo el crecido desnivel, hasta que se llega a salir al mojón de la libre y ancha cima.
Rueda se yergue aislada, con su despejado avance para el Norte que la coloca en posición de sobresaliente privilegio para poder mirar, limpia y fijamente, sobre la completa orografía del sistema de Ubiña, y también le permite avistar, por los demás ángulos de confines, las mejores riquezas del paisaje asturiano. Peña Rueda se perfila como una de las más destacadas montañas que adornan el horizonte sensible de Gijón.
De la cumbre, se baja contra la vertiente de Buxalve, a doblar por encima de Zarradal, hacia el Norte, para ir junto a la charca del Chaguete y las Colladiellas, de donde después se toma, con rumbo Esnordeste, por toda la vaguada del Bueseca, y el Monte del Escureo, a saltar al camino que viene de Cortes, por el que muy pronto se vuelve a Lindes


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P.RUEDA, AGÜERIA, ARPIN, FARIÑENTU, TAPINON, SIEGALAVA DESDE FONTAN


POST SCRIPTUM
Y esto es el perfil del macizo de Ubiña. La geografía viva aprendida, en muchas jornadas de benditas lecciones, por sus mayestáticas cimeras.
Allí queda aquel solar de excelsitudes de la alta Asturias; aquella grandeza, levantada eternamente por los caminos del cielo, llamando y convocando a todos. A cuantos sepan mirar, pensar y andar. Y dichosos los que van hacia su conquista; los que buscan la solemnidad enorme de sus cumbres; los que llegan a ungirse con la visión relevante del Fontán, del Siegalavá, del Fariñentu, de la Peña Rueda, de la Peña Arpín, de la vieja amiga Pinubina. ¡Ciertamente dichosos!
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